28 ene 2015

La llegada de la oscuridad

Y se cernió sobre el mundo la oscuridad.

La humanidad quedó desorientada, impotente. ¿Cómo valerse en un mundo sin luz? Desesperados, perdidos y agotados, temblaban de frío y miedo.

¡Ah! Pero no todos se sentían de ese modo. Unos pocos seres oscuros se movían sin problemas en la oscuridad. La oscuridad ya habitaba en ellos, y la entendían perfectamente. Estaban exultantes. Había llegado su momento. Se relamían, hambrientos.

Entonces, cuando todo parecía perdido, aparecieron. Eran poquísimos (se podían contar con los dedos de una mano), pero la oscuridad no podía afectarlos. Brillaban con luz propia, y ésta era tan potente que iluminaba también el camino a los demás. Poco a poco, la humanidad se fue reuniendo en torno a ellos, y así vio la luz un nuevo futuro. Uno en el que cabía la esperanza.

(No importa lo oscura y fría que sea la noche; siempre se puede encontrar algo de Luz).