En mi interior habita la Bestia. Es salvaje, sí, pero noble. Se la ve venir. No es ella la que me asusta.
A quien temo es a ese otro ser que se oculta en las sombras más profundas del fondo de mi corazón, allí donde sólo muy pocas veces me atrevo a mirar.
(Le temo porque nos conocemos demasiado bien).