Espuma

Ocupa mucho, y parece que lo llena todo. Pero por dentro es todo hueco y no tiene sustancia.

(Mi agenda navideña está hecha de espuma).

Fuera de control

Corrientes poderosas que me arrastran.
Avalanchas que escapan a mi control.
Olas enormes que amenazan con sepultarme.
Siempre en el corazón de la tormenta.

(Empiezo a sentirme cómodo).

En la reserva

Bajo mínimos de espíritu navideño...

Límite

Sólido. Fuerte. Resistente. Duro.

Vale. Pero eso no es excusa para que todo el mundo se dedique a darme golpes para comprobar que no me rompo.

Introvertido

Cada vez más cosas bullen en mi cabeza (miedos, pasiones, ideas, recuerdos, fantasías), pero poquísimas de ellas llegan a ver la luz del sol.

(Las pocas que se asoman fuera de su cueva, sólo lo hacen en las noches más oscuras).

El día en que todo cambió

No sé si hubiera sido mejor o peor (quiero pensar que mejor, aunque los Monstruos de mi cabeza me susurran lo contrario), pero lo que es seguro es que no sería quien soy ahora.

Náufrago

Inmenso y azul, el océano le llama. Ejerce sobre él una atracción hipnótica. Se descubre devanándose los sesos tratando de adivinar qué misterios y tesoros se esconden en su interior.

También lo teme, claro. Y sabe que tarde o temprano (probablemente en la próxima tormenta) se perderá en ese azul para siempre.

Tal vez entonces descubra esos secretos.

La rutina del Caos

Otro de esos días...

Cada vez cuesta más mantener las ganas de luchar.

(Menos mal que soy cabezón).

Oscuridad

En lo profundo de mi interior habitan monstruos. No son sólo salvajes, sino también retorcidos, afilados, oscuros, zalameros, embaucadores y nada de fiar.

Llevan mucho tiempo ahí adentro, creciendo, planeando, urdiendo y maquinando la manera de tomar el control.

Creo que ya está llegando su momento...

Jugador

No dejamos de jugar porque nos hagamos viejos.
Nos hacemos viejos porque dejamos de jugar.

(No voy a escribir el relato de mis aventuras, porque todavía me quedan aventuras por vivir).