Vivo

No sé si será la Luna, pero hoy puedo sentir el flujo de la sangre latiendo en mis venas.

(Tumtum; tumtum).

Mirando hacia dentro

Un páramo inmenso, sin nada por ningún lado.

Una hoja en blanco, sin nada para escribir.

Una oscuridad total; no veo la punta de mi nariz.

Un mar en calma, sin pizca de viento.

Una ciudad totalmente desierta.

Niñita

Todos los niños tienen miedo de los monstruos que habitan en la oscuridad. Por eso, algunos duermen con la luz encendida, y otros lo hacen con un osito de peluche.

Ella, una niña como las demás, también tenía miedo a la oscuridad. Tanto miedo que no podía dormir. Pero no veía ningún sentido a esas cosas que hacían los otros niños. ¿De qué iba a servirle un osito, si la atacaba un monstruo?

Pero algo tenía que hacer, así que fue a aquella librería tan siniestra y convenció a aquel viejo malencarado de que le prestara el libro. Y leyó, y leyó, y aprendió. Aprendió tanto que no tuvo que devolver el libro (nadie ha vuelto a ver al viejo malencarado desde entonces).

Ahora, un Demonio Mayor del Cuarto Círculo vela su sueño cada noche, y ella por fin duerme tranquila. Ahora son los monstruos los que tienen miedo de la oscuridad.

(Está pensando comprarse un osito de peluche; son tan suavecitos...).

Metáfora

Añoro aquel tiempo en que todo era mucho más fácil. Cuando estaba claro quiénes te apoyaban y quiénes eran tus rivales, y hacia dónde tenías que ir.

Rebelde, directo. Decía siempre lo que pensaba o sentía, sin pensar demasiado en las consecuencias.

Esto de las escalas de grises me resulta demasiado oscuro...

Necesito simplificar.

Ahora (antes de que sea tarde).

Selección natural

Se sentía fascinado por la llama (tan brillante, tan cálida, con esa danza hipnótica).

No pudo dejar de acercarse hasta arder en ella.

Haciendo malabares

Sigue llevando un dragón en el bolsillo.
Ilusionándose, aunque cada vez sea más difícil.
Esperando lo inesperado.
Mirando con ojos de niño.
Pensando que saldrá el Sol, y se verá el Arco Iris.
Respirando hondo cuando ha habido tormenta.
Evitando perder la Fe en la Magia.

(Pero teme que, en cualquier momento, todas las bolas caigan al suelo, golpeándolo con el ruido sordo de la derrota).

La caza

Puede oler el miedo de la presa, traído por el viento (el viento es su aliado, sabe cómo manejarlo). La presa comete errores, deja un rastro fácil, va metiéndose ella sola en una trampa sin salida.

(El miedo es un mal consejero).

Sin prisa, sabiéndose triunfante, va estrechando el cerco. Disfruta de la emoción del momento, del hambre a punto de ser saciada, del poder.

En el momento de abalanzarse sobre la presa, ve un movimiento extraño. Algo se enreda en sus patas, haciéndole tropezar. Antes de entender qué pasa, está atrapado y no se puede mover. Aún puede ver a la presa que, de repente, ya no parece tener tanto miedo.

(El exceso de confianza también es un mal consejero).