Simplificando

Muchas cosas complicadas en la cabeza. Demasiados qués, cuándos y cómos (y hasta por qués).

... Pero entonces veo esa luna, y se despierta la Bestia, y de repente todo es mucho más sencillo.

(Básico).

Necesidades terapéuticas

Necesito: una noche (de luna llena), una botella (de whisky) y alguien con quien vaciarla (¿Tú?).

Irrelevante

Todo esto que siento tiene sin duda una explicación lógica, precisa y plenamente satisfactoria.

(Vale; ¿y de qué le sirve eso a mi piel en llamas?).

Luna de Brujas

De Brujas buenas, que saben hacer Magia y pintar sonrisas.

(Pero también volar con escoba y hechizar a los gatos con su mirada).

Tormenta de ideas

(Confieso que la mayoría de ellas inconfesables).

Destino

Nació en la noche de la conjunción de las tres lunas con los dos soles (algo que sólo ocurre una vez cada mil años), y en el instante en que nació el cielo se tiñó de rojo. Era el séptimo hijo de un séptimo hijo, aprendió a hablar con menos de un año y con ocho debatía con los sabios la interpretación de la ley.

Desde el principio, tanto él como todos los demás supieron que era Aquél al que se Referían las Profecías, y que estaba llamado a cambiar el mundo.

Hoy se dirigía a la Plaza de los Oradores a hablar por primera vez a la multitud cuando fue atropellado por un carro de un mercader de vinos cuyos caballos se habían desbocado. El mercader juraría más tarde que hacía mucho que esos caballos habían pasado sus mejores años, y que nunca les había visto correr ni siquiera un trote cochinero.

No puedes escapar del Destino, pero él sí puede escapar de ti.

Vientos de cambio

¿No lo notas?

Ha cambiado el viento...

(Y trae nubes de tormenta).

Abriendo puertas

Cerrando la mente.

(Es un buen truco: engaña a todos menos a mí mismo).

Paisaje interior

Oscuridad Interior.
Mentiras arriesgadas.
Espejos deformantes.
Relatos hechos de silencios.
Trozos de realidad.
Augurios sombríos.

Archimago

Es miembro del Séptimo Círculo, Piromante de quincuagésimo cuarto nivel Maestro Elementalista y Sumo Nigromante, pero lo que de verdad siempre había deseado es saber hacer trucos de cartas.

Se llevó un chasco tremendo cuando descubrió que eso no iban a enseñárselo, y estuvo a punto de dejarlo todo, pero por suerte conoció a un pícaro callejero, que se avino a enseñarle. Ahora, aquel pícaro (gracias a un cúmulo increíble de misteriosas casualidades) es el Gran Maestre del Gremio de Ladrones.

En las reuniones del Séptimo Círculo, los demás Archimagos toleran con paciencia los juegos de manos del anciano. Aunque esté ya un poco chocho, sigue siendo el Mago más poderoso del universo...