Espuma

Ocupa mucho, y parece que lo llena todo. Pero por dentro es todo hueco y no tiene sustancia.

(Mi agenda navideña está hecha de espuma).

Fuera de control

Corrientes poderosas que me arrastran.
Avalanchas que escapan a mi control.
Olas enormes que amenazan con sepultarme.
Siempre en el corazón de la tormenta.

(Empiezo a sentirme cómodo).

En la reserva

Bajo mínimos de espíritu navideño...

Límite

Sólido. Fuerte. Resistente. Duro.

Vale. Pero eso no es excusa para que todo el mundo se dedique a darme golpes para comprobar que no me rompo.

Introvertido

Cada vez más cosas bullen en mi cabeza (miedos, pasiones, ideas, recuerdos, fantasías), pero poquísimas de ellas llegan a ver la luz del sol.

(Las pocas que se asoman fuera de su cueva, sólo lo hacen en las noches más oscuras).

El día en que todo cambió

No sé si hubiera sido mejor o peor (quiero pensar que mejor, aunque los Monstruos de mi cabeza me susurran lo contrario), pero lo que es seguro es que no sería quien soy ahora.

Náufrago

Inmenso y azul, el océano le llama. Ejerce sobre él una atracción hipnótica. Se descubre devanándose los sesos tratando de adivinar qué misterios y tesoros se esconden en su interior.

También lo teme, claro. Y sabe que tarde o temprano (probablemente en la próxima tormenta) se perderá en ese azul para siempre.

Tal vez entonces descubra esos secretos.

La rutina del Caos

Otro de esos días...

Cada vez cuesta más mantener las ganas de luchar.

(Menos mal que soy cabezón).

Oscuridad

En lo profundo de mi interior habitan monstruos. No son sólo salvajes, sino también retorcidos, afilados, oscuros, zalameros, embaucadores y nada de fiar.

Llevan mucho tiempo ahí adentro, creciendo, planeando, urdiendo y maquinando la manera de tomar el control.

Creo que ya está llegando su momento...

Jugador

No dejamos de jugar porque nos hagamos viejos.
Nos hacemos viejos porque dejamos de jugar.

(No voy a escribir el relato de mis aventuras, porque todavía me quedan aventuras por vivir).

Vivo

No sé si será la Luna, pero hoy puedo sentir el flujo de la sangre latiendo en mis venas.

(Tumtum; tumtum).

Mirando hacia dentro

Un páramo inmenso, sin nada por ningún lado.

Una hoja en blanco, sin nada para escribir.

Una oscuridad total; no veo la punta de mi nariz.

Un mar en calma, sin pizca de viento.

Una ciudad totalmente desierta.

Niñita

Todos los niños tienen miedo de los monstruos que habitan en la oscuridad. Por eso, algunos duermen con la luz encendida, y otros lo hacen con un osito de peluche.

Ella, una niña como las demás, también tenía miedo a la oscuridad. Tanto miedo que no podía dormir. Pero no veía ningún sentido a esas cosas que hacían los otros niños. ¿De qué iba a servirle un osito, si la atacaba un monstruo?

Pero algo tenía que hacer, así que fue a aquella librería tan siniestra y convenció a aquel viejo malencarado de que le prestara el libro. Y leyó, y leyó, y aprendió. Aprendió tanto que no tuvo que devolver el libro (nadie ha vuelto a ver al viejo malencarado desde entonces).

Ahora, un Demonio Mayor del Cuarto Círculo vela su sueño cada noche, y ella por fin duerme tranquila. Ahora son los monstruos los que tienen miedo de la oscuridad.

(Está pensando comprarse un osito de peluche; son tan suavecitos...).

Metáfora

Añoro aquel tiempo en que todo era mucho más fácil. Cuando estaba claro quiénes te apoyaban y quiénes eran tus rivales, y hacia dónde tenías que ir.

Rebelde, directo. Decía siempre lo que pensaba o sentía, sin pensar demasiado en las consecuencias.

Esto de las escalas de grises me resulta demasiado oscuro...

Necesito simplificar.

Ahora (antes de que sea tarde).

Selección natural

Se sentía fascinado por la llama (tan brillante, tan cálida, con esa danza hipnótica).

No pudo dejar de acercarse hasta arder en ella.

Haciendo malabares

Sigue llevando un dragón en el bolsillo.
Ilusionándose, aunque cada vez sea más difícil.
Esperando lo inesperado.
Mirando con ojos de niño.
Pensando que saldrá el Sol, y se verá el Arco Iris.
Respirando hondo cuando ha habido tormenta.
Evitando perder la Fe en la Magia.

(Pero teme que, en cualquier momento, todas las bolas caigan al suelo, golpeándolo con el ruido sordo de la derrota).

La caza

Puede oler el miedo de la presa, traído por el viento (el viento es su aliado, sabe cómo manejarlo). La presa comete errores, deja un rastro fácil, va metiéndose ella sola en una trampa sin salida.

(El miedo es un mal consejero).

Sin prisa, sabiéndose triunfante, va estrechando el cerco. Disfruta de la emoción del momento, del hambre a punto de ser saciada, del poder.

En el momento de abalanzarse sobre la presa, ve un movimiento extraño. Algo se enreda en sus patas, haciéndole tropezar. Antes de entender qué pasa, está atrapado y no se puede mover. Aún puede ver a la presa que, de repente, ya no parece tener tanto miedo.

(El exceso de confianza también es un mal consejero).

Enmienda

Hoy también estáis. Y, aunque sé que últimamente he faltado bastante a mi promesa, hago propósito de enmienda: viviré intensamente cada segundo.

(Por vosotros; por mí).

Integrándose

Pone todo de su parte:

• Se muerde la lengua para no decir nada de lo que siente o piensa.
• Lleva las manos en los bolsillos para que no se le escapen gestos cariñosos ni empáticos.
• Mira siempre la punta de sus zapatos para asegurarse de que no haya contacto visual.

Pero no es nada fácil encajar estando vivo en Villa Zombi. Sabe que cualquier día de estos tendrá un desliz, y le comerán el cerebro.

(Y en cierto modo será un alivio...).

Llena

Luna de perder los papeles, de aullar y de hacer locuras.

(¿No sientes su llamada en la piel?).

El hombre mecánico

Una vez, alguien que sabía mucho de esas cosas le dijo que no existía, y era verdad.

Lo único que le mantenía en movimiento era el fuego que ardía en la caldera de su corazón.

(Y él sabía bien lo mucho que costaba encontrar el combustible adecuado).

Sabio loco

Tenía la cabeza llena de por qués, pero finalmente se dio cuenta de que sólo uno importaba:

¿Por qué no?

(Ahora vive salvaje, aúlla a la luna y come carne cruda).

Políticamente correcto

La de cosas que se pueden decir sin pronunciar palabra.
La de palabras que se pueden decir sin haber dicho nada.

Cuántas veces se calló lo que debería haber dicho.
Cuántas veces dijo lo que debió callar.

Qué fácil es elegir el camino fácil.

El interior

Una tras una van cayendo todas las máscaras.

Pero lo que más miedo da es lo que hay debajo...

Nada.

Punto de vista

Camina en la noche desierta, sintiendo como una losa el peso de la soledad.
Al bajar la mirada, ve que varias cucarachas le acompañan (justo la compañía indicada para esa noche).

Y se da cuenta de que casi todo es cuestión del punto de vista...

Acorazados

Gruesas placas de metal les cubren el cuerpo entero. Enormes escudos en sus brazos. Pesados yelmos cubren sus cabezas, dejando sólo una estrecha ranura por la que mirar.

Se sienten muy seguros, sí. Pero cada caballero con el que se cruzan es un enemigo. ¿Cómo no iba a serlo, si no pueden mirarse a los ojos?

Coplas de noches sin rumbo

La única parte del camino que conozco bien
Es esa que sirve para perderme.
Esa que empieza en un rincón de tu piel
Y acaba haciendo que la mía queme.

No hay estrellas en la noche que me guíen.
Sólo veo a la Luna, que me llama.
Y, como siempre, dejo que me líe
Y esta noche tampoco me iré a la cama.

Las palabras se agolpan en mi pecho
Porque quieren decirte tantas cosas
Pero al final pueden siempre más los hechos
Y hay hechos que pesan como losas.

Atormentado

Quiero empaparme, pero las tormentas me esquivan.

(Salvo la tormenta en mi interior).

Civilizado

Llega a acuerdos.
Acepta soluciones de compromiso.
Mantiene la calma.
Evita los conflictos.

Responde educado.

(Pero ya hace tiempo que se muere de ganas de romper algo).

Canción

A veces siento cosas que no controlo.
Una opresión en el pecho que me deja sin aire.
Y sueño como sería dejarlo todo.
Y quedarme sin aire, pero por besarte.

A veces sueño que vuelo por el cielo.
Y mis alas son grandes y poderosas.
Y pienso cómo sería volar contigo.
Y pienso entonces otras muchas cosas.

A veces imagino un mundo de fuego.
Uno todo rojo de ardiente lava.
Y mi mente se pierde en ardientes juegos.
Y entonces por mucho rato el fuego no acaba.

Soledades

Heladas. Umbrias. En vela. Cayendo. Olvidadas. Sentidas.

Simplificando

Muchas cosas complicadas en la cabeza. Demasiados qués, cuándos y cómos (y hasta por qués).

... Pero entonces veo esa luna, y se despierta la Bestia, y de repente todo es mucho más sencillo.

(Básico).

Necesidades terapéuticas

Necesito: una noche (de luna llena), una botella (de whisky) y alguien con quien vaciarla (¿Tú?).

Irrelevante

Todo esto que siento tiene sin duda una explicación lógica, precisa y plenamente satisfactoria.

(Vale; ¿y de qué le sirve eso a mi piel en llamas?).

Luna de Brujas

De Brujas buenas, que saben hacer Magia y pintar sonrisas.

(Pero también volar con escoba y hechizar a los gatos con su mirada).

Tormenta de ideas

(Confieso que la mayoría de ellas inconfesables).

Destino

Nació en la noche de la conjunción de las tres lunas con los dos soles (algo que sólo ocurre una vez cada mil años), y en el instante en que nació el cielo se tiñó de rojo. Era el séptimo hijo de un séptimo hijo, aprendió a hablar con menos de un año y con ocho debatía con los sabios la interpretación de la ley.

Desde el principio, tanto él como todos los demás supieron que era Aquél al que se Referían las Profecías, y que estaba llamado a cambiar el mundo.

Hoy se dirigía a la Plaza de los Oradores a hablar por primera vez a la multitud cuando fue atropellado por un carro de un mercader de vinos cuyos caballos se habían desbocado. El mercader juraría más tarde que hacía mucho que esos caballos habían pasado sus mejores años, y que nunca les había visto correr ni siquiera un trote cochinero.

No puedes escapar del Destino, pero él sí puede escapar de ti.

Vientos de cambio

¿No lo notas?

Ha cambiado el viento...

(Y trae nubes de tormenta).

Abriendo puertas

Cerrando la mente.

(Es un buen truco: engaña a todos menos a mí mismo).

Paisaje interior

Oscuridad Interior.
Mentiras arriesgadas.
Espejos deformantes.
Relatos hechos de silencios.
Trozos de realidad.
Augurios sombríos.

Archimago

Es miembro del Séptimo Círculo, Piromante de quincuagésimo cuarto nivel Maestro Elementalista y Sumo Nigromante, pero lo que de verdad siempre había deseado es saber hacer trucos de cartas.

Se llevó un chasco tremendo cuando descubrió que eso no iban a enseñárselo, y estuvo a punto de dejarlo todo, pero por suerte conoció a un pícaro callejero, que se avino a enseñarle. Ahora, aquel pícaro (gracias a un cúmulo increíble de misteriosas casualidades) es el Gran Maestre del Gremio de Ladrones.

En las reuniones del Séptimo Círculo, los demás Archimagos toleran con paciencia los juegos de manos del anciano. Aunque esté ya un poco chocho, sigue siendo el Mago más poderoso del universo...

Asuntos internos

Cada vez pasan cosas más raras dentro de mi cabeza...

Cosas pequeñas

Pequeñas alegrías.
Pequeñas ilusiones.
Pequeñas coincidencias.
Magia pequeñita.

(La sonrisa, en cambio, no es tan pequeña).

Arriba

Muchos golpes, sí. Muchas caidas...

Pero siempre quedan colores por pintar, sueños que vivir, lunas llenas a las que aullar.

El dragón no sabe mantener los pies en tierra.

Palo

Por aquella noche que arreglamos el mundo con una botella de Jack Daniel's.
(Bueno, y por todo lo demás).
Hoy mis lágrimas saben a cerveza, y no tengo ganas de ocultarlas.

Elocuente

No hace falta decir nada.

(El silencio ya ha dicho suficiente).

Furtivo

Se esconde en lo profundo de una cueva.
Sale sólo cuando es noche cerrada.
(Y, aun así, camina entre las sombras más oscuras).
Ocultándose de todas las miradas.

Mi verdadero yo.

Cabezota

Nunca termino de aprender que hay muros que no se pueden derribar a cabezazos.

Peligro de extinción

Son grandes, poderosos y astutos. Su volar es majestuoso y están en lo alto de la pirámide alimenticia.

... Pero aun así, están en peligro de extinción.

(Es difícil no estarlo si cuando ruges de pasión escupes una llamarada de treinta infernales metros).

Deseos oscuros

Que pueden leerse en el fondo de sus ojos (allí arde la llama).
Que no sabía que llevaba dentro (pero es innegable que ahí están).
Que mantienen a la Bestia inquieta en su guarida (olfatea carne fresca).
Que asusta desearlos (pero no deja de desear).

Regalo

Siguiendo una estrella fugaz.
Inventando mil historias fantásticas.
Eligiendo las mejores sonrisas.
Mirando con ojos de niño.
Pidiendo un aplauso para el Mago.
Robando aullidos a la misma luna.
Estando cerca.

Caminando en la oscuridad

No siempre es fácil ver la luz al final del túnel.

(Pero créeme: siempre está ahí).

Sin rumbo

Hace frío, la noche es oscura como boca de lobo y amenaza tormenta. Se encuentra perdido, y los negros nubarrones no permiten que las estrellas le guíen.

Siente, no por primera vez, la tentación de rendirse, abandonar toda esperanza y simplemente sentarse a ver pasar el resto de su vida. Sería tan fácil hacerlo. Sería tan cómodo...

De pronto, a lo lejos ve las luces de una posada. Puede oler el asado en el fuego, y escucha música sobre las risas y el bullicio de los parroquianos. Un lugar caliente y acogedor donde podrá pasar la noche y alguien sin duda podrá orientarle.

Olvidado el desánimo, frunce el ceño, aprieta los dientes y, aumentando el ritmo, pasa de largo. Hace ya tiempo que sabe que siempre será un Lobo Solitario.

(Además, no le gusta esa canción).

Magia Pequeñita

Sé que es normal. Que mucha gente lo da por descontado y, por tanto, no le da el valor que merece...

Pero yo quiero decirlo: ¡Gracias por ese regalo!

Desorientado

No sé si las cosas son sencillas y yo me complico la vida, o si son muy complicadas y yo muy simple para entenderlas.

Sintiendo

La llamada de la oscuridad.
La rabia contenida que pugna por salir.
La soledad de no encajar.
El miedo a conocerme demasiado bien.
El fuego ardiendo en mi interior.
La Bestia poniendo a prueba sus cadenas.

(Y mantener la fachada de tranquilidad, como si no pasara nada).

Mal jugador

Cara de poker. Manteniendo la distancia justa: no demasiado cerca (quema) ni demasiado lejos (duele). Simpático, pero sin hacerte el gracioso. Receptivo, pero no ansioso. Y además que parezca natural.


Nunca me acuerdo de todas las reglas de este juego.

Monstruos

Devoran al instante cualquier rastro de alegría.

(Y la huelen a distancia).

Nunca del todo

Cuando debería ser más transparente.

Al dejar atrás el último rastro de civilización.

Donde la Bestia ruge a sus anchas.

En el fondo de sus ojos, ahí donde siempre hay tormenta.

Nunca deja caer la última barrera.

A ese refugio secreto no deja que nadie penetre.

(Sólo que esa vez, al mirar en sus ojos...).

A vista de dragón

El Dragón sobrevuela el mar azul (ese azul intenso que conoce tan bien, ese que es su refugio y su perdición). Desde allá arriba, el mundo parece un lugar en el que merece la pena vivir.

Lo difícil es no perder la perspectiva al bajar a ras de suelo.

Objetivo ambicioso

Poder seguir mirando a los ojos al tío que tengo enfrente por las mañanas cuando me afeito.

Noche de San Juan

Poca hoguera para tanto fuego.
Poco fuego para tanta oscuridad.

El lado salvaje

No importa si está bien.
O si es lo correcto.
¿Cómo evitar sentir lo que se siente?
¿Hay alguna forma de parar lo imparable?
Eres tú la que hace que aúlle la Bestia.

Sabor a melancolía

Ese sabor (dulce pero un poquito triste) que dejan las cosas perfectas cuando sabes que ocurren quizás por última vez.

Opaco

Aprendiendo a no decir las cosas que siento.

(Aunque mis ojos las dicen sin palabras).

Nada

Camina. Otro paso. Otro más. Siempre al frente, aunque no vaya a ningún lado. Siempre con la vista fija en las puntas de sus pies. No recuerda cuánto tiempo lleva así, ni tampoco por qué empezó.

Pero ahora, ha llegado al Borde del Mundo. No puede seguir avanzando, y se ve obligado a levantar la vista. Frente a él, la Nada.

La contempla un rato, muy quieto. Luego se encoje de hombros, da media vuelta y comienza a andar. Camina. Otro paso. Otro más.

Dias raros

Ruido de sables.
Confianzas perdidas
(¿Y luego encontradas?).
Trampas al solitario.
Rituales de tribu.
Soledad que enloquece.
Huidas hacia adelante.

Pero (por algún motivo retorcido y complicado) ahora tengo más ganas de sentirme vivo.

Todavía

La Magia Pequeñita surge en cualquier momento (como siempre, sin avisar).

Escaparate

Mucha gente me mira, pero casi nadie me ve (incluso quienes antes sí lo hacían).

Debo estar pasado de moda...

A ciegas

Nostalgia de cosas imposibles.
Infinitos que no llenan.
El canto del Abismo cuando llama.
Búsquedas que saben que nunca encontrarán.
Locuras domesticadas.
Alegrías enlatadas.

Fosforescentes

Bajo la luz del Sol, brillante y luminosa, resulta muy fácil. Todo el mundo resplandece...

... Pero hoy mi brindis va para esas pocas personas que son capaces de brillar cuando todo alrededor es oscuridad.

Perdiendo la fe en la humanidad

Hay días en que preferiría ser de otro planeta...

(Da igual cuál, uno cualquiera).

Profundidad

Quiero sumergirme en el fondo de tus ojos.

(Me da igual quedarme sin respiración).

Pieza equivocada

Hay días en que nada encaja...

O tal vez lo que pasa es que encaja todo menos yo.

Fauna interior

En mi interior habita la Bestia. Es salvaje, sí, pero noble. Se la ve venir. No es ella la que me asusta.

A quien temo es a ese otro ser que se oculta en las sombras más profundas del fondo de mi corazón, allí donde sólo muy pocas veces me atrevo a mirar.

(Le temo porque nos conocemos demasiado bien).

Perdido

Hoy mi corazón marcha a la deriva...

(Hay tormenta en el mar azul en el que navega).

Tormenta

Pisando charcos, calado hasta los huesos (y dándome lo mismo).

Ya me hacía falta una buena tormenta...

(Aunque sólo ha servido para agitar a la Bestia).

Polvo de hada

Basta un poco de Magia para echar a volar.

Las cadenas del dragón

Tienen la longitud justa para tirar de él justo cuando empieza a alzar el vuelo.

No le ahogan, pero aprietan lo suficiente como para que nunca pueda olvidar que están ahí.

Aunque no parecen muy sólidas, no sabe romperlas.

A la deriva

Falta la pasión en su mirada. Esa que antes guiaba cada uno de sus pasos.
Se deja llevar sin rumbo (¿Qué más da un sitio que otro?).

(¿Cuánto tiempo se puede navegar a la deriva?).

Regalo

Tormenta bajo un precioso Sol y, de regalo, un Arco Iris increíble.

Debo haber sido muy bueno...

(No; tiene que ser por otra cosa).

Vértigo

No soy dueño de mi mismo. Pierdo el control y sólo puedo dejarme llevar.

(Pero no es exactamente como me esperaba...).

Vida

Está ahí afuera, esperándote.

(No dejes que les pase a los demás).

Fuego

Casi nunca consigo con palabras,

Explicarte las cosas que siento dentro.

Me sería más fácil sin decir nada.

Explicártelas todas de cuerpo a cuerpo.

El peso de la responsabilidad

Me pregunto si sabré decir lo que es necesario.
Intentaré estar a la altura, aunque sea difícil.
Expresar tanto en sólo unos minutos.
Decir la verdad, y no lo que quiero decir.
Ojalá pueda hacerlo (hay mucho en juego).

Relativizando

En medio del huracán, mientras todo se derrumbaba a mi alrededor, he conseguido mantenerme en pié.

(Me sostengo agarrado a una buena jugada, unas risas a tiempo, un baile pendiente, una mirada cómplice).

Tontería

Paseaba bajo el sol mientras llovía.
(Algo que no me pasa todos los días).
Y mientras me empapaba, yo sonreía.
(También hacía mucho que no lo hacía).

Quince segundos

Lo que tardan en estropearse algunos días.

Vértigo

Lo que me haces sentir.

Equilibrio inestable

Bestia (no tan) salvaje.
Alma inquieta y algo oscura.
Tormenta que no acaba de caer.
Inminente desastre.
Búsqueda que no encuentra.
Una guarida para el dragón.
Recuerdos que nunca han sucedido.
Ritmo secreto que nadie puede escuchar.
Imposibles que ocurren a diario.
Locuras que nunca pierden el control.
Llamadas que no se hacen con palabras.
Ojos que no saben dónde mirar.

Muñecas rusas

La externa es la cara que muestra a todo el mundo: más o menos agradable, sin estridencias.
Por dentro está la cara que reserva para ocasiones especiales, de colores brillantes. Chispeante.
Poca gente llega a ver la tercera capa: más oscura y también más vulnerable.
La capa interior es la que se muestra a sí mismo. No se la cree, pero le ayuda a ir tirando.
Debajo sólo queda un animalillo asustado...

La misma luna

Por eso se funden en uno solo los aullidos, aunque estén a medio mundo de distancia.

El hombre átomo

Pequeño y hueco.

Complicándonos la vida

Dándonos mucha importancia, tejemos redes de palabras complicadas que nos esconden la verdad a nosotros mismos. Somos tan buenos haciéndolo, que a veces nos volvemos invisibles.

Y, en realidad, es todo tan fácil...

(No me extraña que la Luna se ría de nosotros).

Tensa calma

Cielo despejado. Ni rastro de nubes.

Necesito una tormenta. Pisar charcos, empaparme el alma, dejarme anegar.

(Una como la que veo fondo de tus ojos, una como la que siento en mi interior).

Curvas peligrosas

Mis ojos pierden el control en las curvas de tu espalda.

(Es un tramo de concentración de accidentes: mis manos y mis labios lo pierden también).

Misterios insondables

En lo más alto de su altísima torre (muy por encima del nivel de las nubes), el Mago más sabio y poderoso del mundo se mesa pensativo la larga barba blanca. Su rostro refleja una profunda concentración, y lleva horas sin moverse.

¿Qué transcendental enigma ocupa su mente preclara? ¿Qué misterio insondable trata de resolver? ¿Se trata acaso de uno de los siete enigmas que abre la séptima puerta que da acceso al séptimo círculo del poder arcano?

El Aprendiz se muerde las uñas, impaciente por compartir el glorioso descubrimiento que sin duda su Maestro está a punto de realizar.

(Hoy, la muchacha nueva que ha entrado en el servicio de cocina ha puesto una flor en la bandeja del desayuno; al anciano, esa flor le ha recordado los prados de su aldea natal, donde de niño jugaba con la hija del molinero; ¿Qué habrá sido de ella? Tenía una preciosa sonrisa... Lleva todo el día perdido en sus ensoñaciones, sin poderse concentrar; sin duda, se está haciendo viejo...).

Predicción

Hoy el Dragón vuela muy bajo.
(A ras de piel).

Debe ser que va a haber tormenta.

Otra vez no

Por favor.
Por favor.
Por favor.

Día intenso

Pero no el tipo de intensidad que yo querría...

(Aunque siempre es mejor esto que otro día gris sin historia).

Desconexión

Hoy preferiría no sentir.

Harto

Harto de poner al mal tiempo buena cara.
Harto de intentar sin nunca conseguir nada.
Harto de ser yo el único que lo intente.
Harto de estar solo en medio de tanta gente.
Harto de recibir cada día una estocada.
Harto de no encontrar el fondo de tu mirada.

Oscuridad interior

La hoguera arde, cálida y brillante...

Pero hay rincones que no consigue iluminar.

(Ni el mayor incendio podría).

Soledades

Las barreras más altas son las que construimos nosotros mismos a nuestro alrededor.

(Y nos desesperamos deseando que alguien consiga derribarlas).

La razón de todo

Da igual el frío que haga. Hoy nada podrá enfriar mi sonrisa.

(Esa sonrisa especial).

Es esa Luna

La fachada de civilización se resquebraja.

Por más que trate de asfixiarla bajo un montón de papeles...

La Bestia despierta.

(Y tiene hambre de varios meses).

Sintiendo sin entender

Magia de color arco iris.
Frío en los huesos (mi cabeza echando humo).
Prados de neón.
Más a gusto cuanto más fuera de lugar.
El hueco que dejas cuando no estás aquí.
Un pañuelo en los ojos.
(Necesito una tormenta...).

Fachada

Camina por la ciudad llena de gente. En su oficina, conversa animadamente con sus compañeros en el café. En el metro, cruza miradas con quienes coinciden con él en el vagón.

... Pero sabe que son todos robots, que se desconectan cuando él ya no puede verlos. El mundo no es más que un inmenso decorado en el que se representa esa mala serie sobre su vida.

(Lo que últimamente le intriga es saber si habrá alguien al otro lado viéndola, y empieza a plantearse maneras de hacer aumentar la audiencia).

Onírico

La luna sonríe medio escondida.
Otra vez me pierdo entre deseos y enigmas.
Caigo en el vacío (disfrutando la caida).
Olas gigantescas en un mar azul profundo.

Alud

A veces, los problemas empiezan a rodar por nuestra cabeza y crecen tanto que acaban aplastándonos.

Transparente

¿O será hueco?

En cualquier caso, puedes ver a través mío.

Piensa mal

Ya no puedo controlarla.

Amenaza con derribar todos los muros.
Con romper todas las barreras.
Escapar de la prisión donde la mantengo encerrada.
Ruge enfurecida.
Tiembla el suelo a su paso.
Aúlla con voz potente.
Recuerda lo que era correr libre.
Atravesar la noche llevada por el viento.
Salvaje y peligrosa.

Hueco

La luna por encima de las nubes.
El paseo por la playa bajo las estrellas.
El hueco que dejas a mi lado.

(La Magia es menos Magia cuando no estás).

Enemigo mío

Enemigo Mío:

Por mucho tiempo hemos batallado tú y yo, y grandes han sido los sufrimientos que ello nos ha provocado. Tanto en las victorias como en las derrotas, las pérdidas para ambos han sido elevadas.

Las fuerzas no me flaquean. Mi brazo no es tan joven, pero el fuego sigue ardiendo en mi interior. Sin embargo, hoy te escribo esta carta para decirte que, finalmente, has vencido.

¿Qué sentido tiene salvar a un mundo que no quiere ser salvado? ¿Para qué luchar por mantener un poco de color si el mundo está satisfecho con su uniforme tono gris? ¿De qué sirve mantener viva la Magia si todos al sentirla prefieren ignorarla y fingir que no la han visto?

No. No sonrías aún. Esta carta señala tu victoria, pero no mi rendición. Esa palabra sigue sin existir en mi vocabulario.

Te esperaré esta tarde en el estadio. Estaré solo, pero tú puedes traer a todas tus grises legiones. Va a ser mi último combate, y pienso vender cara mi piel.

Noche Mágica

De ilusiones, de sonrisas y de sol.

(Aunque no haya sido bueno).

(Aunque no haya sido todo lo malo que querría).

El guardián de la Magia

Destella el sol en sus escamas.

Rugidos resonando por todo el valle.

Alas poderosas recortándose en el cielo.

Grandes colmillos que sonríen astutos.

Ojos que han visto cosas que no ha visto nadie más.

Nada temas, él vigila.

(Y además cabe en mi bolsillo).