7 ene 2012

Enemigo mío

Enemigo Mío:

Por mucho tiempo hemos batallado tú y yo, y grandes han sido los sufrimientos que ello nos ha provocado. Tanto en las victorias como en las derrotas, las pérdidas para ambos han sido elevadas.

Las fuerzas no me flaquean. Mi brazo no es tan joven, pero el fuego sigue ardiendo en mi interior. Sin embargo, hoy te escribo esta carta para decirte que, finalmente, has vencido.

¿Qué sentido tiene salvar a un mundo que no quiere ser salvado? ¿Para qué luchar por mantener un poco de color si el mundo está satisfecho con su uniforme tono gris? ¿De qué sirve mantener viva la Magia si todos al sentirla prefieren ignorarla y fingir que no la han visto?

No. No sonrías aún. Esta carta señala tu victoria, pero no mi rendición. Esa palabra sigue sin existir en mi vocabulario.

Te esperaré esta tarde en el estadio. Estaré solo, pero tú puedes traer a todas tus grises legiones. Va a ser mi último combate, y pienso vender cara mi piel.