Siempre está abierta la puerta.
Siempre vacía la casa.
Dispuesta la bienvenida.
Pero nunca nadie pasa.
Siempre encendidas las luces.
Siempre prendida la lumbre.
Pero nunca nadie entra.
Y en los goznes hay herrumbre.
(Pero nada es permanente.
Y por fin llegará el día.
En que se llene de gente.
Y al fin vuelva la alegría).
Siempre vacía la casa.
Dispuesta la bienvenida.
Pero nunca nadie pasa.
Siempre encendidas las luces.
Siempre prendida la lumbre.
Pero nunca nadie entra.
Y en los goznes hay herrumbre.
(Pero nada es permanente.
Y por fin llegará el día.
En que se llene de gente.
Y al fin vuelva la alegría).