26 feb 2014

No hay donde esconderse

Me conoce perfectamente. Ve a través de todas mis barreras y mis cortinas de humo. No le engaño con mis trucos ni mis trampas. Me reconoce por bien que me haya disfrazado.

Y además, no importa lo que haga, nunca consigo impresionarlo. Siempre esperaba un poco más. Siempre parece un poco decepcionado.

(El cabrón ese que me mira del otro lado del espejo).