Como el músico del Titanic, pero en versión desafinada.
Con la nube de tormenta encima de su cabeza.
... Y, de repente, dos preciosos arco iris.
(Siempre hay Magia, si dejas que la vida te sorprenda).
Con la nube de tormenta encima de su cabeza.
... Y, de repente, dos preciosos arco iris.
(Siempre hay Magia, si dejas que la vida te sorprenda).