A veces es cálido y acogedor, como el fuego de la chimenea.
Pero otras veces no. Otras veces escapa a cualquier control, y amenaza con devorarlo todo a su paso.
(Y siempre, siempre... arde por ti).
Pero otras veces no. Otras veces escapa a cualquier control, y amenaza con devorarlo todo a su paso.
(Y siempre, siempre... arde por ti).