Lleva mucho tiempo encadenada y hambrienta. Tumbada en el fondo de su cueva, parece que ya no tiene fuerzas ni para rugir.
Pero no te confíes. Sigue brillando el fuego en el fondo de sus ojos, que siguen hambrientos todos tus movimientos.
Dispuesta a devorarte a la mínima ocasión.
Pero no te confíes. Sigue brillando el fuego en el fondo de sus ojos, que siguen hambrientos todos tus movimientos.
Dispuesta a devorarte a la mínima ocasión.