A veces, simplemente, no puedes evitarlo.
Nada que hagas puede evitar que te brillen los ojos, o que se pinte esa sonrisa especial en tu cara.
(Y son esos momentos los que hacen que todo lo demás valga la pena).
Nada que hagas puede evitar que te brillen los ojos, o que se pinte esa sonrisa especial en tu cara.
(Y son esos momentos los que hacen que todo lo demás valga la pena).